Quizás porque ahora tengo dos hijas, dos niñas, al ver este vídeo me he planteado cuántas veces, de niño, he podido decír eso de: “pegas como una niña”, o “corres como una niña” sin darme cuenta de la infravaloración que suponía para las niñas un comentario tan machista como este. Mis hijas tienen 7 y 12 añitos y cuando las veo correr, se me enciende el alma.